El matoneo físico que se presenta en muchos
colegios se ha trasladado a Internet facilitado por múltiples
herramientas que ofrecen las TIC y por el auge de las redes sociales. El
ciberacoso produce un daño recurrente y repetitivo, infligido por una
persona o grupo de personas a otras utilizando un medio digital. Ninguno
de los interesados en la educación puede marginarse de esta
controversia actual y retadora que pone sobre la mesa la pregunta de si
este flagelo es o no responsabilidad de la Institución Educativa.
Autor: Renee Bogacz & Miguel Gómez Gordillo | Publicado:
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