¤ 17/5/2014 ¤ elcomercio.pe ¤
Joseph Centurión y Bruno Esquivel, dos adolescentes peruanos de 15 años, sorprenden con su pizarra inteligente:
Joseph Centurión y Bruno Esquivel, dos adolescentes de 15 años, pueden
ver con malos ojos al que les diga que la televisión solo sirve para
perder el tiempo. Para estos escolares de Ilo, en Moquegua, "ver la
tele" fue el inicio de una pasión por la ciencia que los ha traído hasta
Los Ángeles, California. Aquí, la pizarra inteligente que diseñaron
en el colegio San Luis de su ciudad compite con los mejores proyectos
escolares de todo el planeta.
Los dos amigos coinciden en que lo que despertó su imaginación e
interés por los inventos fueron los programas científicos. "Yo veía TEC,
los programas de Discovery y demás, y me preguntaba si podía hacer todo
lo que veía a bajo precio", nos cuenta Joseph. Bruno, por su parte,
también recuerda el incentivo que recibió de parte de sus padres: a los
tres años se subió a una silla y empezó a jugar en una computadora. Sus
padres nunca lo alejaron de la máquina.
La Intel International Science and Engineering Fair (INTEL-ISEF
2014) se desarrolla cada año en distintas ciudades de Estados Unidos. En
esta ocasión la capital de California alberga en estos días a cerca de
1800 estudiantes de 78 países del mundo que, al igual que Joseph y
Bruno, han llegado con el proyecto de ciencias y sus sueños bajo el
brazo.
Pero la feria va más allá de una competencia. Hace dos días, por
ejemplo, tuvieron la oportunidad de hablar con cuatro premios Nobel de
Física, Química y Medicina, y decenas de los mejores científicos de
Estados Unidos les han dado sugerencias para optimizar su creación.
UNA PIZARRA INTELIGENTE
Las pizarras interactivas pueden llegar a costar en el Perú 14 mil
soles o más. Bruno y Joseph gastaron 50 soles para crear la suya. El
sistema es simple: un lápiz que lleva una luz infrarroja, una
computadora y un mando de Wii. Este mando, vía Bluetooth manda a la
computadora la información emitida por el lápiz infrarrojo y, con un
proyector, convierte toda superficie en táctil.
En conversación con El Comercio, estos alumnos de cuarto grado de secundaria dicen que buscaron solucionar un problema presente en todo país como el nuestro:
la falta de herramientas modernas para que los alumnos se sientan
atraídos por las clases. Escucharlo de chicos de su edad hace inevitable
sentir fe en que el futuro puede ser mejor que el presente.
Hay proyectos que se centran en algo para uno mismo. "Nosotros
queremos ayudar, utilizar nuestro proyecto que, al ofrecer algo a bajo
precio, llegue a lugares a dónde sería imposible comprar una pizarra de
marca", dice Bruno. "Los alumnos pueden mejorar sus notas y los
profesores pueden mejorar su forma de enseñar", continúa Joseph.
En efecto, los beneficios son para todos. Los chicos cuentan que
muchos profesores son reacios a las nuevas tecnologías por lo complejas
que les resultan; para un maestro cuyo único contacto con internet es su
correo electrónico, una pizarra llena de botones y funciones hace que
opten por seguir con las pizarras verdes y tiza. "Nuestra pizarra es muy
sencilla, se van a animar a usarla", dicen los dos casi en coro.
Su invento ha recibido varios comentarios del resto de participantes
y de los científicos que recorren los pasillos del Centro de
Convenciones de Los Ángeles, sede del INTEL-ISEF 2014. "Un jurado se ha
ofrecido a donarnos más luces infrarrojas para que sigamos con nuestro
proyecto", dice uno. "Nos preguntan si ha habido interés en nuestro país
para llevar nuestras pizarras a todos los colegios", suelta otro.
La pizarra inteligente de estos jóvenes peruanos se usa en algunos
grados de primaria, en su colegio de Ilo. Su sueño pendiente de hacerse
realidad es que su invento sirva en otros colegios de nuestro país. Por
lo pronto sueñan con estudiar Ingeniería o algo relacionado a la
ciencia. Pensaban en hacerlo en Arequipa, pero este viaje ha hecho que
se den cuenta de que, con su ingenio, el mundo les puede dar todas las
oportunidades que deseen.
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